Os presento las patatas Hasselback, la mejor guarnición que se me ocurre para acompañar una carne. Su origen es sueco, las hacían en un restaurante de Estocolmo, el Hasselbacken. Lo original de esta patata asada es su corte, en láminas pero sin llegar a romper la patata. Con ésto conseguimos unas patatas super crujientes por fuera a la vez que muy tiernas por dentro.
Estas patatas asadas además de riquísimas son muy resultonas. Hoy traemos la receta más básica, sal, aceite y algún condimento, pero podéis ponerle lo que se os ocurra!! Beicon picadito, queso,… ¿Sobrasada? Yo nunca las hago igual. Animaos a hacer vuestra propia versión y nos contáis.
- 4 patatas medianas
- aceite de oliva
- sal
- 1 ajo
- perejil
- Empezamos la receta encendiendo el horno, que esto es coser y cantar. 220ºC
- Cogemos las patatas y las lavamos bien, no les quitaremos la piel así que limpadlas a conciencia.
- Con un cuchillo afilado vamos a hacer cortes paralelos sin llegar al final. Para esto ponemos la patata al lado de algo que nos haga de tope, de manera que el cuchillo toque este tope y así no llegamos al final de la patata. A la primera igual no os sale muy bien, pero la 3ª patata será perfecta ya veréis.
- Una vez cortadas les ponemos sal abriendo un poco las láminas para que entre por todos lados.
- Ahora un chorrito de aceite de oliva. También podemos usar mantequilla. Eso a vuestra elección.
- Nos vamos al horno durante 40′.
- Mientras tanto hacemos un majado con el ajo y el perejil, cuando queden 10′ para sacar las patatas lo esparciremos por encima.
- Pasado el tiempo sacamos nuestras patatas y a disfrutar!!