He redescubierto los gofres ¡en buena hora! Recuerdo vagamente haberlos probado cuando era pequeña. No me debieron impresionarme cuando no me he vuelto a acordar de ellos hasta ahora. La culpa la tiene un areunión de amigas a la que acudi como invitada. ¿De postre? Gofres.
Los gofres son un postre muy socorrido visto el poco trabajo que conllevan y la multitud de acompañamientos que admiten y que les aportan a su vez textura, color y sabor. Lo bueno y malo de los gofres es que resulta necesario una maquina -gofrera- para elaborarlos. No son muy caras, pero ocupan un espacio ¡y no me queda espacio en la cocina!
- 125 g. de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 g. de azúcar
- Esencia de vainilla
- 2 huevos + 1 yema
- 250 g. de harina
- 1 cucharada levadura en polvo
- 190 ml. de leche
- Batimos en un bol la mantequilla hasta lograr una crema espumosa.
- Añadimos el azúcar, unas gotas de esencia de vainilla, los huevos y batimos a velocidad media hasta que queden integrados todos los ingredientes.
- Incorporamos la harina y la levadura tamizadas sin dejar de batir.
- A continuación, añadimos la leche y batimos a velocidad alta unos minutos hasta lograr una masa homogénea.
- Dejamos que la masa repose 15-20 minutos y encendemos la gofrera.
- Añadimos medio cazo aproximadamente de masa por gofre. Cerramos la gofrera y cocinamos 3 minutos (dependerá de la potencia de vuestra gofrera).
- Nos ayudamos de una espátula para llevar los gofres a una rejilla y continuamos elaborando el resto.
- Servimos los gofres calientes acompañados de miel, nata, caramelo o una bola de helado.