Los scones son unos panecillos dulces típicos de Escocia indispensables en desayunos y meriendas. Son muy sencillos de preparar y admiten numerosos acompañamientos tanto dulces como salados. Los tradicionales tienen forma redonda, pero también es habitual encontrarlos con forma triangular.
Hoy preparamos scones de fresa, pero podríais sustituir esta fruta por otra tanto fresca como confitada. Tardarás menos de una hora en hacerlos, así que si te pones ahora mismo a ello mañana tendrás un riquísimo desayuno preparado para empezar el día. ¿Te animas a seguir nuestro paso a paso?
- 45 g. de azúcar moreno
- 1 huevo + 1 para pincelar
- 65 ml. de leche entera
- 250 g. de harina
- 12 g. de levadura en polvo
- 65 g. de mantequilla fría en cubos
- 1 cucharadita de vainilla en pasta
- 35 g. de fresas troceadas
- 100 g. de azúcar glass
- 2 cucharadas de nata
- Precalentamos el horno a 200ºC.
- Mezclamos bien la leche con el huevo y el azúcar moreno. Reservamos.
- En un bol mezclamos con las manos la mantequilla con la harina y la levadura. Lo hacemos pellizcando los ingredientes hasta conseguir una especie de migas.
- Añadimos las fresas y la vainilla y mezclamos.
- Finalmente incorporamos la mezcla líquida reservada y mezclamos lo justo para que se integren los ingredientes.
- Enharinamos la superficie de trabajo y con las palmas de las manos vamos extendiendo la masa haciendo un círculo de 2-3 centímetros de grosor.
- Cortamos la masa como si fuese una pizza, en porciones, y colocamos estas en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado.
- Pincelamos cada una de las porciones con huevo batido y horneamos durante 10-12 minutos, hasta que cojan color.
- Sacamos del horno y tras 10 minutos pasamos los scones a una rejilla para que terminen de enfriarse.
- Entonces, preparamos el glaseado batiendo el azúcar glass con la nata hasta conseguir una textura densa pero con la que podamos decorar los scones dejando caer masa sobre ellos.
- Una vez decorados estarán listos para comer.