La receta de hoy es perfecta para solucionar una comida o cena de manera rápida, sin esfuerzo y con tan solo tres ingredientes (perfecta para neveras y despensas a las que la cuesta de fin de mes les llega antes de tiempo): revuelto de sardinas y calabacín. Pocas recetas tan fáciles resultan tan sabrosas como esta.
La de hoy es una receta que recuerda que en las conservas tenemos unas grandes aliadas (y salvadoras) a la hora de salir de un aprieto gastronómico (amigos que se presentan sin avisar, cenas de fin de mes…).
- 1 lata de sardinas en conserva ( en aceite de girasol o de oliva)
- ½ calabacín
- 2 huevos
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Calentamos dos cucharadas de aceite de oliva en una sartén.
- Cortamos un calabacín por la mitad y lo cortamos en juliana. Añadimos a la sartén cuando el aceite esté caliente.
- Cuando nos cercioremos de que el calabacín ha comenzado a pocharse (se torna más transparente) añadimos las sardinas de la lata de conserva previamente escurridas y troceadas.
- Removemos un par de veces y dejamos ligar los jugos mientras batimos los dos huevos.
- Una vez batidos, añadimos a la sartén y removemos hasta que cuajen.
- Una vez cuajados el plato está listo para servir.