Personalmente, ando muy cansada últimamente de comer carne de pollo. Se me ha vuelto algo insÃpida y su sabor cada vez lo tolero menos. Es por esta razón por la que cada vez consumo más carne de pavo que de pollo o bien, busco otras maneras de aliñar el pollo para que tenga un sabor distinto y no cansarme tanto de este alimento tan proteico y tan necesario en una dieta equilibrada alimenticia.
El pollo adobado frito es una de las soluciones que he encontrado, aunque eso sÃ, no se puede abusar porque al llevar harina y ser frito en aceite de oliva, tiene muchas más calorÃas que si lo hiciésemos a la plancha o asado al horno.
- 1 kg de pechuga de pollo
- Pimentón dulce
- Comino
- Orégano
- Vinagre
- Sal
- Agua
- Harina de trigo
- Aceite de oliva
- Una vez tenemos la pechuga de pollo limpia, pasamos a trocearla en taquitos ni muy pequeños ni muy grandes, de tamaño medio (como en la fotografÃa).
- En un bol, añadimos aproximadamente 1 litro de agua, unos 175 ml de vinagre de vino, orégano (al gusto), comino (esta especia es la que le da ese sabor tan especial de adobo al pollo, por lo que echaremos generosamente), pimentón dulce (una cucharita y media) y sal (una cucharita aproximadamente). Removemos bien la mezcla e introducimos el pollo a taquitos y dejamos que coja el sabor de la mezcla durante unas 6 o 7 horas (lo mejor es dejarlo durante una noche entera).
- Lo siguiente será pasar cada trozo de pollo por harina de trigo y freÃr en aceite de oliva bien caliente con total normalidad. Ponemos unas servilletas de papel en un plato para que se impregne bien del aceite de vaya soltando el pollo ya frito, ¡y listo! Quedará una carne de pollo, jugosa y exquisita.
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