Hace un año apenas sabía lo que era la polenta. Desde que la he descubierto, sin embargo, la utilizo ocasionalmente como acompañamiento de guisos, salteados de verduras o ensaladas. Y precisamente es así como os la propongo hoy; acompañada de una ensalada de rúcula y fresas.
La receta de hoy es muy sencilla. Lo que mas tiempo os llevará será preparar los discos de polenta pero ¡debéis hacerlos con antelación! Este tipo de discos son fantásticos también como sustituto de las tostas para crear originales canapés. Pero, centrémonos en la ensalada que nos ocupa hoy.
- 1 taza de polenta instantánea
- 3 tazas de agua o caldo de verduras
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
- 3 puñados de rúcula
- 1 taza de fresas
- Una almendras fileteadas
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de zumo de naranja
- 1 cucharadita de vinagre
- 1 cucharadita de miel
- Sal y pimienta
- En un cazo o cazuela llevamos a hervor el caldo de verduras con una pizca de sal y pimienta. Cuando hierva, vertemos la polenta, bajamos el fuego al mínimo y removemos el tiempo indicado por el fabricante. Cada fabricante os dirá la cantidad adecuada de agua y la forma de proceder; la que os he sugerido es orientativa.
- Una vez la polenta este hecha la vertemos sobre una fuente forrada con papel de horno, de forma que el grosor de la capa de polenta sea de aproximadamente ½ cm. Dejamos enfriar completamente para que se endurezca y después reservamos en el frigorífico.
- Preparamos la ensalada mezclando en un bol la rúcula, las fresas cortadas en láminas y las almendras. Batimos los ingredientes de la vinagreta en una taza y reservamos
- Sacamos la polenta y la cortamos con un molde circular para darle forma.
- Con cuidado freímos los discos de polenta a fuego fuerte en la plancha o la parrilla con un poco de aceite hasta marcarlas.
- Montamos el plato colocando unos discos de polenta y sobre estos, un poco de ensalada. Aliñamos con la vinagreta y servimos.