Hoy os traigo una sencilla receta de aprovechamiento, pechuga de pollo con una suave y deliciosa salsa de queso. Muchas veces se quedan restos de despiece en el congelador y no sabemos que hacer con esas piezas. Quizá porque no sea suficiente para toda la familia o porque no se te ocurra que puedes hacer con ellas. Pues bien, esta es una de esas recetas en las que utilizas productos que suelen quedar solitarios en la despensa.
La salsa de queso puede ser más fuerte, si le añades un poco de queso azul o cualquier otro queso con más sabor. En función de los comensales puedes poner o quitar quesos para que sea más fuerte o más ligero. Si lo van a tomar niños, es preferible que la selección sea de quesos suaves. Como acompañamiento puedes servir un arroz hervido como he hecho yo, pero también le irá perfecto unas patatas fritas. ¡Manos a la obra!
- 2 pechugas de pollo
- 2 dientes de ajo
- 1 vaso de nata líquida para cocinar
- Media taza de dados de queso variado, cheddar, mozzarella, queso para fundir etc
- 15 granos de pimienta
- Sal
- Aceite de oliva virgen
- Primero vamos a limpiar bien las pechugas, eliminando el sobrante de grasa.
- Lavamos con agua fría y secamos con papel absorbente.
- Troceamos la pechuga en dados de un bocado y salpimentamos.
- Ponemos una sartén al fuego con un fondo de aceite de oliva.
- Cuando esté caliente, añadimos los dados de pollo y doramos bien.
- Pelamos y troceamos el ajo en trozos pequeños.
- Añadimos los ajos a la sartén y salteamos con el pollo hasta que quede bien dorado.
- Después, añadimos los granos de pimienta y removemos un minutos.
- Ahora, incorporamos el vaso de nata líquida y dejamos reducir a fuego medio.
- Añadimos sal al gusto y cocinamos unos minutos.
- Por último, incorporamos los dados de queso, removemos con cuidado y cocinamos hasta que el queso quede fundido.
- Y ¡listo! ya tienes este sabroso plato.