Pastas del Consejo, dulces tradicionales

Siempre me han llamado la atención los dulces tradicionales, por eso no puede resistirme a elaborar estas Pastas del Consejo cuando una amiga me habló sobre ellas el pasado mes. Tipicamente madrileñas tienen su origen en la pastelería El Riojano, situada en la Calle Mayor y fundada en 1855.

Lo que me gustó de estas pastas inicialmente fue su lista de ingredientes, sencillos y disponibles en la despensa en cualquier época del año. Lo segundo, su forma en espiral y su cubierta ligeramente dorada. Una vez probadas, tengo claro que las repetiré, me encanta tanto su textura como su aroma a limón.

Ingredientes

Para 40-50 pastas

• 2 huevos medianos
• 1 yema
• 85 g de azúcar
• 41 g de mantequilla (derretida)
• 250-260 g de harina de repostería
• Ralladura de 1 limón
• 1 huevo para pincelar

Ingredientes

Batimos los huevos, la yema y el azúcar hasta que este se disuelva.

A continuación incorporamos a la masa la mantequilla y la ralladura de limón y batimos.

Por último, añadimos la harina poco a poco. Vamos mezclando hasta conseguir una masa que podamos trabajar sobre una superficie enharinada.

Pasamos un par de veces el rodillo sobre la masa para que adquiera una textura mas lisa y brillante. En este punto no se nos debería pegar apenas a las manos.

Precalentamos el horno a 200ºC.

Tomamos porciones de un tamaño menor al de la nuez pero mayor que el de una uva. Lo estiramos con las manos haciéndolo rodar por la mesa (como si fuera plastilina). Debemos conseguir un «gusano» de 10 cm. aproximadamente con un centro mas grueso y unos extremos mas finos.Los enroscamos como se muestra en las imágenes y lo colocamos sobre una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado.

Repetimos el proceso hasta elaborar todas las pastas. Una vez hechas las pincelamos con huevo batido.

Las metemos al horno durante 15 minutos. El tiempo variará dependiendo del horno y del tamaño de las pastas, asi que convendrá que vigiléis las pastas a partir del minuto 10.

Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla antes de probarlas.

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