Unas pastas de té pueden marcar la diferencia en una tarde lluviosa. Acompañar el café o el té con estos bocados dulces siempres es un placer. Y en contra de lo que podamos pensar, hacerlas no resulta complicado. Puede resultar algo laborioso, pero la recompensa bien lo merece, ¿no crees?
Para elaborar las pastas rizadas he utilizado una pistola pero no os preocupéis si no tenéis una; podéis darles forma con una manga pastelera o simplemente crear montoncitos con dos cucharas. No quedarán tan vistosas pero el sabor no variará y podréis disfrutar de ella de la misma forma.
- 200 g. de mantequilla en pomada
- 105 g. de azúcar glass
- 1 cucharadita de azucar avainillado
- 1,5 g. de sal
- 65 g. de huevo a temperatura ambiente
- 20 g. de almendra en polvo
- 175 g. de harina
- 155 g. de maicena
- Almendras para decorar (opcional)
- En un bol batimos la mantequilla un par de minutos, antes de agregar el azúcar y la sal. Y volvemos a batir un par de minutos mas hasta que este todo bien integrado.
- Añadimos el huevo y la almendra molida y batimos unos minutos mas hasta integrar perfectamente.
- Mezclamos la harina con la maicena y tamizamos sobre la crema anterior. Mezclamos con una espátula lo justo y necesario para que queden integradas.
- Rellenamos la pistola o la manga pastelera con la mezcla y formamos las pastas sobre una bandeja de horno forrada con papel o una lámina de silicona. Colocamos una almendra en el centro.
- Horneamos a 180ºC hasta que veamos que comienzan a dorarse ligeramente por los bordes, aproximadamente 15 minutos ¡dependerá de vuestro horno!
- Sacamos las galletas del horno y esperamos a que se templen para desmoldarlas con mucho cuidado.