La Panna cotta es un postre típico italiano cuya textura se encuentra en un punto intermedio entre una gelatina y un flan. La base de este postre se elabora con nata, leche, azúcar y gelificante y es habitual incorporar a estos algún aroma o fruta. En esta ocasión me he decantado por esta última opción.
La Panna cotta de fresas es un postre que se puede preparar con antelación; por lo que resulta una estupenda alternativa para celebraciones y fiestas. Para que la panna cotta cuaje necesitaremos que repose en la nevera un mínimo de 4 horas cuando el tamaño es individual, por lo que son las prisas su peor enemigo.
- 450 g. de fresas
- 120 ml. de leche entera
- 1½ cucharadita de gelatina neutra en polvo
- Una pizca de sal
- 75 g. de azúcar granulada
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 350 ml. de nata
- Limpiamos y trituramos las fresas. A continuación, las pasamos por un colador para eliminar las semillas. Reservamos
- Colocamos la leche en un cazo y espolvoreamos la gelatina encima. Dejamos reposar 10 minutos.
- Después, agregamos la sal, el azúcar y el puré de fresas reservado. Calentamos, removiendo constantemente, hasta que la mezcla llegue a los 58ºC.
- Sin dejar de remover, incorporamos la vainilla y la nata. Pasamos la mezcla a un bol sumergido en agua con hielo y removemos hasta que la mezcla se enfríe hasta los 10 ºC.
- Repartimos la mezcla en 6 ramekines, los cubrimos con papel film y refrigeramos un mínimo de 4 horas.
- Desmoldamos y servimos con fresas laminadas.