La clara de huevo montada a punto de nieve, le da la mousse esa consistencia esponjosa que tanto nos gusta. Las mas populares son la de chocolate y limón pero hay otros sabores igualmente interesantes que merece la pena probar. La de café es una de mis favoritas.
Los amantes del café, aquellos que no podáis sobrevivir sin una buena dosis de cafeina al día me entenderéis. La mousse de café es una moousse intensa en cuanto a sabor y al mismo tiempo suave, cremosa… Si la decoráis con un poco de nata y cacao en polvo o virutas de chocolate, es un postre de 10.
- 2 claras
- 20 g. de azúcar
- 100 g. de queso mascarpone
- 15 g. de agua
- 5 g. de café soluble
- 1 hoja de gelatina neutra
- 200 ml. de nata para montar 35% m.g
- Cacao en polvo o fideos de chocolate
- Montamos las claras a punto de nieve. Cuando empiecen a adquirir consistencia, agregamos el azucar, terminamos de montar y reservamos.
- Batimos el queso mascarpone en un bol y reservamos.
- Hidratamos la gelatina en agua fría durante 10 minutos.
- Calentamos el agua en el microondas y disolvemos el café. Agregamos la gelatina escurrida y removemos hasta que se funda.
- Añadimos al café una cucharada de mascarpone y removemos hasta incorporar. Repetimos la operación dos veces para que la gelatina se atempere poco a poco.
- Incorporamos la mezcla del café al bol de queso mascarpone y mezclamos hasta conseguir una mezcla homogénea.
- Finalmente, agregamos las claras a punto de nieve, con movimientos de abajo hacia arriba para que no se bajen.
- Vertemos la mousse en dos tazas de café o vasitos, y dejamos reposar en la nevera durante dos-tres horas.
- A la hora de servir montamos la nata bien fría para acompañar la mouse. Decoramos la mousse y espolvoreamos cacao en polvo encima.