¿No os ocurre a vosotros que durante el verano sólo os apetece comer cosas frías y rápidas de hacer que no nos lleven demasiado tiempo en la cocina? Pues si eres como yo, agradecerás enormemente esta receta. Se trata de una ensalada de garbanzos, bastante fácil de hacer porque no hay ni que encender los fogones y es muy sana y muy nutritiva al mismo tiempo.
En ocasiones, pensamos que las legumbres sólo es un alimento típico de cocido y de comer con cuchara. Con esta receta desmontamos totalmente esa creencia. Es una comida fresquita, que se puede comer con tenedor y que para nada va acompañada del típico caldo de cocido. Si quieres saber qué verduras le hemos añadido y demás, sigue leyendo lo que resta de receta.
- 2 botes de garbanzos ya cocidos
- 2 tomates medianos para ensalada
- 1 pepino
- 1 cebolla fresca
- Maíz dulce
- Zanahoria
- Aceite de oliva
- Vinagre
- Sal
- Nos ahorramos el paso de cocinar ya que compramos los botes de garbanzos ya cocidos. Si queremos tener una receta ligera y para salir del paso, es necesario tener los garbanzos ya cocidos.
- Estos garbanzos ya cocidos y bien escurridos, los echaremos en un bol grande en el que iremos añadiendo las verduras seleccionadas. Lo primero que echaremos será el pepino, pelado y cortado a pequeñas láminas, también añadiremos los dos tomates bien lavados cortados a tacos. Posteriormente, pelaremos la cebolla fresca y la cortaremos en juliana. La añadiremos también al resto de verduras. Pelaremos la zanahoria y la cortamos a pequeños tacos y añadimos también el maíz dulce.
- Lo que quedaría sería aliñar nuestra ensalada de la forma que más os guste. En nuestro caso, con el aliño tradicional: aceite de oliva virgen extra, sal y vinagre de vino.