Las ensaladas admiten numerosas combinaciones de ingredientes. Con frutas y verduras como base, podemos incorporar a las mismas, además, legumbres, cereales, carnes o pescados. Esta ensalada con sandinillas que hoy os animo a preparar no hace falta explicar en que grupo esta, ¿verdad?
La historia que hay detrás de esta ensalada es la urgencia de preparar algo rápido para cenar tras todo un día fuera de casa. Algo que no supusiera encender fuegos y que fuera fresquito para sofocar el calor. Bajo esos condicionantes una ensalada se convierte en una gran elección y las conservas en un gran recurso para completarlas.
Personalmente las conservas que mas me gustan para las ensaladas son aquellas al natural. En mi despensa siempre hay caballa, sardinillas y atún al natural, y aunque no recurrimos en exceso a las mismas, en estos casos te «salvan» la vida. Cualquiera de las tres, podrían haber formado parte de esta ensalada.
La receta
- Unas hojas de lechuga
- 1 cebolleta
- 1 tomate maduro
- 6 tomates cherry
- 1 lata de sardinillas al natural
- 1 puñado de pasas o dátiles troceados
- Aceite de oliva virgen extra
- Lavamos bien la lechuga y los tomates. Troceamos unos y otros y los colocamos en una ensaladera.
- Incorporamos a la misma la lata de sardinillas escurrida y el puñado de pasas.
- Aliñamos la ensalada con aceite de oliva virgen extra y servimos.
- Disfrutamos de la ensalada de sardinillas fresquita.